domingo, 15 de enero de 2017

Porno y bitcoin

Iván Budinich Castro 

En días pasados hemos visto como en Perú y Colombia se han dado un par de episodios más del afán de los politiqueros de poner límites a la libertad en Internet. Me refiero a la iniciativa del Congresista Yonhy Lescano de restringir el acceso a los contenidos pornográficos de Internet y la del gobierno colombiano de prohibir la libre circulación del bitcoin como moneda de cambio.

Aunque parezcan dos realidades muy distintas y la verdad, uno no puede menos que estar de acuerdo al menos con la intención del congresista Lescano de evitar el fácil acceso de contenido pornográfico por parte de los menores de edad por intermedio de la red, lo  ciertos es que ambos hechos, no se trata más que de un frágil intento de los poderes locales de ponerle cortapisas al desarrollo tecnológico. Si acaso pudieran.

Como decía, al menos la intención de Lescano es buena, los menores de edad no deberían tener acceso fácil al material pornográfico y sería interesante que los operadores del servicio tomen parte activa en ello, dudo eso si que los jóvenes actuales tan adictos a la tecnología no logren encontrar una forma de pasar por encima de esos controles. Dicho sea de paso, que Lescano o la gente de su equipo de asesores crean que los jóvenes dedicaran el tiempo que dedicaban al disfrute del material pornográfico al estudio y al deporte luego de ser privados de este, es por lo menos bastante dudoso, más de uno debe de haber sonreído misericordiosamente al leer la argumentación del proyecto de Lescano. El tema de fondo, me parece es el control parental y eso requiere algo más que una simple ley; un cambio de mentalidad integral en la familia peruana.

Dejando de lado lo anecdótico que es querer prohibir la pornografía a estas alturas, vayamos a lo serio. La prohibición del bitcoin en Colombia es clara señal del exceso de tiempo libre de la clase política latinoamericana que no dedica a legislar sobre cosas importantes y se pierde en lo imposible. No se puede hacer a nadie feliz por decreto y no se puede limitar por decreto el avance la tecnología; con el bitcoin pasa lo mismo que con la pornografía y es que en la política se está quedando muy por detrás del avance tecnológico.

Los esfuerzos de los legisladores y los órganos de gobierno deberían ser dados a aplicarse donde son útiles. La pornografía seguirá circulando en Internet y los bitcoins serán usados como medio de pago al menos hasta que otra tecnología superior los desplace. Las iniciativas en contra en ambos lados caerán junto con sus impulsores en el ridículo.