Que la Internet le cae mal a los gobiernos autoritarios y al sector cultural no es
nada nuevo. En España se aprueba la ley Sinde y en USA se debate la amarga
SOPA, en Cuba los precios del acceso resultan prohibitivos a los nacionales y
los opositores tienen que soportar el acoso de la policía del Estado y de espontáneos
defensores de la revolución castrista; mientras que por otro lado el gobierno
de la república popular de China ensaya sofisticadas formas de censurar la web.
Sin
embargo en Bielorrusia, el gobierno ha marcado un nuevo hito al cerrar la
internet mediante la promulgación de una ley que prohíbe a los nacionales el
acceder a sitios webs extranjeros y les conmina a los usuarios al uso de
servicios nacionales para la gestión de sus correos electrónicos y dominios.
Los
infractores serán sancionados con multas equivalentes hasta los 100 euros.
Bienvenida la intranet a Bielorrusia.
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