Veamos un destacado financiero, intelectual y académico de una de las universidades más importantes del país anuncia su candidatura por uno de los partidos mas sólidos de lo que queda del sistema de partidos políticos peruano. A través de diferentes medios de comunicación anuncia su intención y se aboca a una fuerte inversión publicaría para lograr adhesiones a su candidatura. Todo dentro del ámbito de lo normal y hasta refrescante dado que la mencionada institución, el Partido Popular Cristiano viene de una inesperada derrota en su propia plaza fuerte, la capital del Perú y requiere a gritos de un nuevo liderazgo. Un hombre en busca de un partido y un partido en busca de un hombre, la receta perfecta para al menos intentarlo; pero.....
En primer lugar el autoproclamado precandidato no pertenece a las filas del partido en mención, la pagina web de otro partido anteriormente ligado vía una alianza electoral al movimiento por el que nuestro gracioso precandidato pretende postular, anuncia que el mencionado caballero sigue perteneciendo a sus filas y por tanto no estaría en condiciones de presentarse formalmente a la soñada candidatura.
En segundo lugar el mismo secretario general de la organización en mención, rechaza las maneras en las que el precandidato se ha pretendido acercar a la institución auto proclamándose como pre-candidato y sin pasar por los controles internos.
En tercer lugar, increpado sobre su actitud el precandidato responde que tendrán que expulsarlo antes de que desista de su precandidatura ¿Cómo puede ser expulsado quien no es integrante de una organización?, ¿Qué fue primero la gallina o el huevo?
Un cuarto punto ¿Qué dicen las bases? Las bases callan en siete idiomas al menos de momento. Algo se sabe sobre la existencia de una corriente reformista al interior de la mencionada organización que rechaza los intentos de la cúpula por sellar una alianza con un expectante candidato presidencial y optaría por la ruta de un candidato propio ¿Estarían dispuestos a apoyar al recién llegado? Todo es silencio.
A estas horas mi estimado lector se habrá dado cuenta de que me refiero a la telenovela vivida entre el ¿precandidato? Daniel Córdova y el Partido Popular Cristiano que ha devenido en uno de los incidentes más confusos de los últimos meses dentro del berenjenal de la política peruana.
A primera vista la intención de Dante Córdova de incursionar en política podría marcar un renacer de esta actividad en la sociedad peruana, se trata de un profesional exitoso, un académico e intelectual de gran prestigio y un técnico competente. Que dicha intención se formalice además en el seno del PPC una institución de bien ganado prestigio y que ha salido debilitada tras su última derrota electoral en Lima donde incluso arriesgo la carrera electoral de su actual lideresa, es en si mismo algo bueno para el sistema político peruano, salvo por las formas en que se da y no debemos olvidar que en política a menudo la forma es el fondo.
A decir de muchos que toman en cuenta la trayectoria profesional del precandidato Córdova, este habría intentado en su forma de acercarse al PPC una iniciativa de compra hostil de la marca de la mencionada agrupación y a ello respondería su agresiva campaña de aparición en los medios y los ostensibles gastos en los que ha incurrido para publicitarse. Ahí yo veo un error, la política no es un campo donde prime lo económico, es más bien un campo que a menudo trata de primar sobre el anteriormente mencionado y se mantiene con sus propios reglas y modos de organización. Si bien es cierto que la suerte suele ayudar a los audaces, la audacia en política tiene sus formas a menudo pausadas de expresarse, lo político es un mundo donde la fría racionalidad se entrelaza con los apasionamientos y los egos de sus protagonistas, algo que por lo general los cultores del independentismo político y los aspirantes outsiders por lo común acostumbrados a racionalizarlo todo desde un costo-beneficio con funcionalidad económica no suelen o no quieren entender.
Mirado desde fuera y teniendo en cuenta el valioso precedente de la candidatura de Mercedes Araoz por el Partido Aprista Peruano, una eventual candidatura de Daniel Córdova o de cualquier otra figura independiente o hasta uno de sus cuadros con menos exposición mediática seria una interesante apuesta para un PPC que parece estar ya encarando el agotamiento del ciclo de Lourdes Flores Nano como su principal locomotora y lideresa, no obstante hasta el momento la cúpula pepecista parece muy poco interesada en innovar y dar salida a sus nuevos cuadros mientras ve con manifiesto deseo la posibilidad de acercarse a la candidatura de Luis Castañeda y su partido Solidaridad Nacional.
Para terminar el devenir de la novela entre el precandidato, Daniel Córdova y el PPC puede ser interpretado como un capítulo más de la crisis de los partidos en el Perú donde ahora vemos que los partidos también pueden ser víctimas de intentos de adquisición y hasta invasión cual como si de terrenos abandonados se tratara. En esa coyuntura alguna instituciones de adaptaran y otras simplemente estarán condenadas a desaparecer como de hecho es de esperarse en un ambiente político tan convulso como el peruano. La pregunta de rigor es hasta cuando durara esto y hasta que tanto podremos soportarlo sin que afecte a otros campos de nuestra vida social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario