lunes, 1 de noviembre de 2010

Comentario sobre las alianzas electorales en la escena previa a las elecciones 2011

Aunque todavía la ONPE todavía no termina de contar los votos para proclamar a la próxima alcaldesa de Lima, la escena preelectoral con miras al 2011 ya comienza a calentar con miras a las próximas alianzas preelectorales. Ya varias organizaciones comienzan a anunciar sus intenciones de intenciones de acercarse entre sí a fin de unir sus plataformas con el objetivo de maximizar sus posibilidades en la próxima contienda del 2011.

Aunque es común que el publico peruano vea las alianzas entre organizaciones con fines electorales una forma mas de organizar la repartija del poder y sus beneficios entre una clase política desprestigiada, esto no tiene porque ser necesariamente cierto.

Contra el sentido común mayoritario la existencia de coaliciones en nuestro sistema político podría ser el mecanismo a través del cual el archipiélago de organizaciones actualmente existentes se vaya consolidando paulatinamente hacia los clásicos tercios: izquierda-centro-derecha en que se ha organizado clásicamente nuestro sistema político durante la segunda mitad del siglo XX o mas aun hacia el sueño de una sociedad bipartidista.

En una perspectiva optimista, una coalición o  varias, significa que existe al menos un núcleo de una clase política que sabe deponer sus ambiciones de maximizar su beneficio y con una capacidad de análisis y acción pragmática que le permite calibrar sus posibilidades para unirse a proyectos más grandes y con mayores posibilidades. Esto último es especialmente cierto en organizaciones como  Somos Perú, la Coordinadora Nacional de Independientes, Renovación Nacional, Acción Popular  o Fuerza Social cuya capacidad de pasar la valla electoral del 5% puede resultar un albur difícil de correr si es que desean sobrevivir en el ambiente político peruano post 2011.

Puede resultar extraño que una organización de tan larga data y trayectoria como Acción Popular se encuentre en las mismas condiciones que una como la Coordinadora Nacional de Independientes casi sin arraigo y con muy poca historia pero ello obedece a las contradicciones y escenarios de la política peruana que espero retomar en otras líneas pero no son parte de las preocupaciones del presente post.

Dos posibles alianzas nos deberían resultar particularmente interesantes. Por un lado la que se plantea entre la emergente Fuerza Social  y Perú Posible, con esta alianza el ex presidente conseguiría reeditar al menos en parte la coalición que lo llevo al gobierno en 2006 y situaría su propia organización, Perú Posible dentro del segmento de la centro izquierda tan descuidada por el partido aprista durante estos años.

En parte el toledismo intenta reeditar la estrategia de posicionamiento del accio populismo en sus etapa triunfales de moverse o bien hacia el centro o bien hacia el polo opuesto del aprismo. Por supuesto que  Perú Posible no es como organización algo comparable con lo que fue Acción Popular y tampoco Alejandro Toledo no tiene el genio ni el carisma de Don Fernando Belaunde  y por tanto requiere del eventual apoyo que la imagen y los cuadros de Fuerza Social le podrían brindar. Seria extraño que el toledismo requiera de otro aliado, es mas hasta le resultaría inconveniente a escala nacional pero muy necesario si se trata del ámbito regional donde esta visto que los dizque partidos nacionales no están en capacidad de llegar.

La otra alianza que merece analizarse es la que se podría dar entre el Partido Aprista Peruano (APRA) y el Partido Popular Cristiano (PPC).  Nos permite avizorar la sensación aprista sobre la imposibilidad de una victoria electoral y Lima y en el PPC sobre su debilidad fuera del ámbito capitalino, ambas organizaciones en estos momentos huérfanas de un liderazgo de nivel nacional dado que la principal carta aprista, Alan García, no puede intervenir en la campaña mientras que la lideresa pepecista requiere reenfocar su carrera política luego de su ajustada derrota en las recientes elecciones municipales.

Con una candidata como Mercedes Araoz y las dos maquinarias actuando coordinadamente la una en Lima y la otra al interior del país, sería una plancha con grandes posibilidades de victoria desequilibrando un escenario actual donde los dos candidatos con aspiraciones más serias para la segunda vuelta serian:  Keiko Sofia Fujimori y Alejandro Toledo, y donde la figura de una Lourdes Nano como cabeza de lista congresal en Lima avizoraría una respetable presencia congresal.

Aunque históricamente en trincheras opuestas el aprismo y el pepecismo han devenido en puntos de encuentro pragmáticos durante el presente quinquenio por lo que la mencionada alianza no resulta contraproducente y es natural que suscite el interés de las cúpulas en dos organizaciones que conocen muy bien sus escasas posibilidades de victoria en el próximo proceso pero que sin embargo juntas podrían hacer la gran diferencia ¿Aceptaran este acuerdo las bases apristas? Está por verse. Entre las bases pepecistas es de suponerse que no se encontraría tanta resistencia, la impronta del PPC parece ser mucho más programática que ideológica por lo que es de esperarse que un eventual acuerdo sea abordado menos de una forma ideológica y más en función de propuestas y posicionamiento.

¿Qué nos deja la campaña de alianzas que se ha iniciado? Particularmente la sola posibilidad de una alianza entre el APRA y el PPC  abre el horizonte de acuerdos programáticos y el alejamiento paulatino del escenario tan descaradamente confrontacional de nuestra política actual. No olvidemos que en el 2006 los voceros pepecistas denunciaban abiertamente haber sido víctimas del robo de la elección en primera vuelta por parte de los personeros apristas y hoy los jerarcas de ambas organizaciones se sientan civilizadamente a dialogar sobre un posible acuerdo entre ambas organizaciones.

Eso es política.......

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