viernes, 24 de junio de 2016

Audacia y emprendimiento

Iván A. Budinich Castro

“Muchas cosas no nos atrevemos a emprenderlas, no porque sean difíciles en sí, sino que son difíciles porque no nos atrevemos a emprenderlas” 
Seneca.

“Si la oportunidad no toca, construye una puerta” 
Milton Berle.

Se dice que la fortuna es mujer y favorece a los audaces. La historia de los emprendedores exitosos se encuentra plagada de anécdotas que parecen confirmar esa frase. La audacia o la osadía si se quiere es una actitud elemental cuando se busca emprender un proyecto y muchos proyectos buenos, algunos excelentes incluso acaban muriendo por falta de la misma en sus autores.

Ser audaz es no tener miedo al fracaso; ese monstruo terrible que acecha desde que empezamos a formular nuestros proyectos y nos intenta desmotivar de llevarlos a la práctica.

Ser audaz es tener la confianza en lo que planeamos y la convicción para llevarlo a la práctica pasando por encima del abismo que nos ponen el fantasma del fracaso y la presión de los demás.
 Los emprendedores se sobreponen a sus miedos y los superan con confianza en sus propias capacidades, para ello bien podrían recitar la famosa “Letanía contra el miedo” de la Bene Gesserit  en la clásica saga de ciencia ficción Dune de Frank Herbert:


“No conoceréis al miedo. El miedo mata la mente. El miedo es la pequeña muerte que conduce a la destrucción total. Afrontaré mi miedo. Permitiré que pase sobre mí y a través de mí. Y cuando haya pasado, giraré mi ojo interno para escrutar su camino. Allá donde haya pasado el miedo ya no habrá nada. Sólo estaré yo.”

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